Y al final, qué más da... qué más da si a él le interesas o no... qué más da si se acuerda de ti... qué más da... si tú estás bien... si te miras y ves tus ojos, sabiendo que piensan en él sólo por aburrimiento; si miras tus manos, sabiendo que tocan la vida con ganas de sentirla, pero no de sentirlo a él; si miras tus pies, sabiendo que caminan por sí mismos, y no pisando las huellas que otros dejan o porque alguien tire de ellos.
No es tu piel el paraíso donde quiero vivir, no soy un sueño olvidado en tu ciudad perdida, no soy un ángel caído de tu cielo estrellado, no soy tu helado de verano derretido por el calor de la media tarde, no soy la mano derecha de un manco desagradecido... no soy tú, no soy parte de ti y no estoy dispuesta a permitir que tú y tu recuerdo me indiquéis por donde debo ir.
Mírame a los ojos y dime que no significo nada par ti. Mírame y dime que tu vida sin mí es mejor. Mírame y cuéntame que tus días son más intensos cuando no me tienes cerca. Mírame... porque no verás mi silueta de brazos abiertos, no verás mi mano extendida para tirar de ti, no verás mi sonrisa animándote incesante... no verás más que mi espalda, lo mismo que yo he visto durante un año, lo mismo que no quiero volver a ver, porque tú que te disfrazabas de mi mundo infinito te has descubierto como una esfera... y no seré yo quien vuelva a pasar por esta misma ruta otra vez.
Me desvío aquí. No volveré a tomar tu itinerario... porque pena me da que los paisajes que ves desde tu ventana hoy sean los mismos que ayer pero más nublados, pena me da que no seas consciente de que vives encerrado en un mundo de amarguras y desgracias, pena me da que no te des cuenta de que excusándote en el trabajo no llegarás a ver la luz que anhelas... pena me da que no te despiertes mañana sabiendo que has perdido esta batalla.
Yo ya no necesito luchar, porque demasiado fácil me lo has puesto como para poder perder en esta cruzada. Hoy no te he ganado, pero he ganado mi libertad.
No es tu piel el paraíso donde quiero vivir, no soy un sueño olvidado en tu ciudad perdida, no soy un ángel caído de tu cielo estrellado, no soy tu helado de verano derretido por el calor de la media tarde, no soy la mano derecha de un manco desagradecido... no soy tú, no soy parte de ti y no estoy dispuesta a permitir que tú y tu recuerdo me indiquéis por donde debo ir.
Mírame a los ojos y dime que no significo nada par ti. Mírame y dime que tu vida sin mí es mejor. Mírame y cuéntame que tus días son más intensos cuando no me tienes cerca. Mírame... porque no verás mi silueta de brazos abiertos, no verás mi mano extendida para tirar de ti, no verás mi sonrisa animándote incesante... no verás más que mi espalda, lo mismo que yo he visto durante un año, lo mismo que no quiero volver a ver, porque tú que te disfrazabas de mi mundo infinito te has descubierto como una esfera... y no seré yo quien vuelva a pasar por esta misma ruta otra vez.
Me desvío aquí. No volveré a tomar tu itinerario... porque pena me da que los paisajes que ves desde tu ventana hoy sean los mismos que ayer pero más nublados, pena me da que no seas consciente de que vives encerrado en un mundo de amarguras y desgracias, pena me da que no te des cuenta de que excusándote en el trabajo no llegarás a ver la luz que anhelas... pena me da que no te despiertes mañana sabiendo que has perdido esta batalla.
Yo ya no necesito luchar, porque demasiado fácil me lo has puesto como para poder perder en esta cruzada. Hoy no te he ganado, pero he ganado mi libertad.
1 comentario:
Qué gran entrada!!
quiero máaaaaaaaaaaas!!
Yai
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