10 noviembre 2010

... FRESAS AMARGAS

¿No me puedes decir que todo va bien con un tono más animoso? ... No, no con lágrimas en los ojos. Será que tienes razón cuando dices que tu radar femenino falla. Será que no quieres ver lo que te estoy diciendo.

Me desgarra hablar contigo, y al hacerlo, pienso en alejarme de ti, para que tus palabras hirientes no puedan tocarme. No quiero sufrir por querer... no quiero que te quieras más a ti que a mí. Tú no te das cuenta, pero has sido tú el que me ha empujado a otras manos, tú con tus palabras que van a mundos vacíos que no piensan ser poblados.

Sepárate y no vengas. No quiero oír tus dudas. No quiero oír tus aventuras futuras. No quiero oír un presente inexistente que no hace más que clavárseme para luego retorcerse en la herida. Tú no lo ves, porque ahora sólo sabes pensar en ti. No lo ves porque sólo te enfocas hacia lo que tienes que hacer. Todavía no te has dado cuenta de que el día que de verdad pienses que soy tan importante, no lo dudarás.

Y te aseguro que mientras titubeas... no quiero flotar en tu cielo estrellado. No quiero que me recojas de mi balcón para volar juntos entre nubes que sólo me dejan caer al vacío. Como quien camina sobre arenas movedizas, como quien se agarra a un mástil elástico... del que ves venir el golpe que te va a devolver.

Siempre te quejas de que te digo cosas que no son agradables de escuchar... yo nunca me he quejado. Y me callo, siento el trascurrir cálido de una gota salada por mi mejilla... y te digo eso de: no te lo digo para que te duela.

Si lo que quieres es que sea a medias, pasando por mi camino sin nadie que me dé lo que tú me das... no hace falta que te esfuerces tanto... yo ya lo soy. Si lo que quieres oír es que no tengo interior si no es contigo… no hace falta que te esfuerces tanto… tú te llevaste mis sentimientos contigo. Si lo que quieres es que sea tuya… no hace falta que me hagas tanto daño… yo ya lo soy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pienso en tí: te veo conduciendo esa máquina de prisas, volando sobre campos en barbecho, viendo las hojas de la vida arrancadas por las brisas invernales, sin saber dónde encontrar, sin saber adónde ir.

Tu sonrisa luce como un farolillo valiente frente al vacío de las sombras.

Subur dijo...

Me alegro de que veas mi sonrisa... porque últimamente está un poco perdida...