10 septiembre 2009

... CONSTELACIONES

Todos nos sentimos solos. Todos pensamos en que nuestro sino será el anclarnos a quien nos sepa llevar a buen puerto los días de tormenta. Todos deseamos encontrar esa boya que no se hunda ni en las peores tempestades. Porque todos hemos sentido cómo nos hundimos; cómo al alzar nuestra mano, ésta sólo se encuentra con la helada brisa nocturna; cómo al mirar al horizonte, simplemente las estrellas ya no están; cómo al arrimarnos a una estufa amiga, el carbón ya no hace por avivar el fuego.

Vuelves. Te reencuentras. Esperas una mano cálida que te anime junto con una sonrisa. Esperas brillo en los ojos que antes te deslumbraban al mirarlos. Esperas un regazo en el que poder sentarte y sentirte como en casa. Esperas tanto, que te olvidas de que también hay quien se espera gestos de ti. Y cuando has posado los pies sobre el asfalto, cuando has sentido el fuego del desarrollo gris, cuando te has derretido frente a las corrientes de contaminación... ves la luz de la estrella polar en el cielo, sientes la frescura de las fresas entre tus labios y notas el hilillo de agua que recorre tu vientre desde el hielo posado en tu ombligo.

Porque la frescura que tú buscas no está en un lugar, sino en las diferentes constelaciones con las que cada día te relacionas. Porque son las estrellas que te rodean las encargadas de proyectar la luz con la que tú brillarás esta noche. Porque vives de su energía igual que ellas se alimentan de ti. Porque en tu galaxia, puede que seas la que menos brillas por ti misma, pero es la luz de todos los que te rodean la que te hace ser más intensa.

Aunque ya no te esperes nada de nadie, sorprendentemente, sigue habiendo personas que te hacen olvidar que las nubes en madrid siempre tapan las estrellas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola. Enhorabuena por tu blog. He llegado hasta él porque busco fans de Vega que la quieran conocer personalmente. Si te interesa, mi mail es esther.ortiz@tcs.rtvcm.es y mi tlf. 925 288 891