En realidad nadie está solo. Todos nos rodeamos de gente, de trabajo, de ciudades, de cosas, de momentos. Todos elegimos personas para ir colocando en nuestra vida. Elegimos situaciones que guardarnos entre nuestras sábanas. Elegimos llorar de tristeza o llorar de alegría. Elegimos llamar o esperar una llamada que nunca llega. Elegimos vivir en el pasado o hacernos recordar. Elegimos saber quienes somos o perdernos entre las manipulaciones de la gente.
Puedes elegir hundirte, y puede que tiren tanto de ti que sólo puedas levantarte y reír. Puedes elegir quedarte sola, y puede que te den tantos mimos que sólo puedas recibirlos y dar las gracias. Puedes elegir no llamar nunca, y puede que te llamen tanto que sólo puedas salir y pasártelo bien. Puede que tú creas que no es tu tiempo, y puede que los que están a tu alrededor se empeñen tanto en que eso no es cierto que sólo puedas pisar la calle para estar agradecida.
Sé que no lo haces por mí. Sé que sólo lo haces por ti. Sé que por querer tu felicidad, has conseguido la mía. Sé que eres de los que las palabras no le sirven como demostración. Sé que puedo decirte lo muy agradecida que te estoy, y creerás que no te lo digo en serio. Sé que crees que sólo eres tú, pero mis ojos también piensan por ti. Sé que crees que no lo hago, pero se me va la mirada recordando tu sonrisa. Sé que crees que no quiero lo tengo, pero simplemente no sé cómo dar gracias de todo lo que me pasa. Sé que crees... pero no es cierto.
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