Ensayo y error, en eso consisten algunos momentos de nuestra vida... aunque esto nos supere una y otra vez. Y sin embargo... yo no quiero que me quieras como yo te quiero, porque como tú me quieres me llenas mucho más. Yo no pido que pidas lo que yo pido, pero si me lo pides, no dudaría en dártelo sin rechistar. Yo no te quiero con el gusto y con el tacto, como por obligación, si no con los cinco sentidos... oliéndote, mirándote, escuchándote, saboreándote y tocándote.
No pretendo que vueles si no tienes alas. No quiero que hables por decir cosas que me puedan alagar. No deseo que me prometas lo imposible, ni que me consigas lo inalcanzable.
Pero no quiero más barro pegado en mi piel, ni soñar con casas perfectas. No quiero más que despertarme con el olor de tu pelo en mi almohada. No quiero más que tropezarme con la suavidad de tus labios en cada mirada que me cruce contigo. No quiero más que dormirme en la calidez de tu pecho, escuchando el suave toquetear de tu corazón... para así poder respirar a nuestro son.
He vivido en una casa sin ventilar durante muchos años... y si quieres, abro la puerta. Y si me pides el mundo, lo pongo a tus pies. Y si me pides una imagen, te hago una película. Y si prefieres un susurro, te canto una canción a media voz. Y si necesitas una mirada de apoyo furtiva, te dedico todo mi repertorio.
Ojalá supieras lo que vales. Ojalá supieras todo lo que hay en tu interior y de lo que tantas personas carecen. Ojalá algún día pueda hacerte ver lo especial que eres. Ojalá pueda tratarte con la delicadeza que te mereces. Ojalá seas tú el que el día de mañana me recuerde lo que le dice el pollo al pato.
3 comentarios:
Lo que tú haces con la PATA lo hago yo con la POLLA...
Hay qué ver qué daño ha hecho el móvil en la feria...
Eso es así compadre!
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