Nada. No oyes nada. La gente pasa rozando. Te caes. Alguien toca a tu puerta. Te está hablando. Miras como mueve los labios pero no le oyes. Tanta persistencia te hace escuchar. Tiene razón. Algunos se quedan. Muchos jamás han estado. Te decían que sí, pero no era cierto. Envidia que tiene la gente que no sabe lo que es la paz. Ya no hay perturbación. Inmensidad. Llegas tarde, pero nadie te lo va a reprochar.
Transición.
Volar.
Silencio. Has descubierto un nuevo mundo. Es todo tuyo. Amaneces.
Las personas que más te ayudan son aquellas a las que aparentemente no les importas, pero no sabes por qué pierden una hora de su vida hablando contigo. Aquellas con las que se te acaba la batería y te llaman en cuanto tu teléfono vuelve a estar disponible. Aquellas a las que le llegas 90 minutos tarde a cenar y lo único que hacen es sonreírte y decirte lo bonito que es tu abrigo. Aquellas que te abren una ventana en el msn sólo porque creen haber visto algo en tu frase que no está bien.
Transición.
Volar.
Silencio. Has descubierto un nuevo mundo. Es todo tuyo. Amaneces.
Las personas que más te ayudan son aquellas a las que aparentemente no les importas, pero no sabes por qué pierden una hora de su vida hablando contigo. Aquellas con las que se te acaba la batería y te llaman en cuanto tu teléfono vuelve a estar disponible. Aquellas a las que le llegas 90 minutos tarde a cenar y lo único que hacen es sonreírte y decirte lo bonito que es tu abrigo. Aquellas que te abren una ventana en el msn sólo porque creen haber visto algo en tu frase que no está bien.
Nadie me había contado que existían. Será que las tienes que descubrir tú mismo.
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