
Las personas estamos un poco obsesionadas con las despedidas. Cuando alguien muere lamentamos no habernos podido despedir, o recordamos lo último que le dijimos... como si eso tuviera alguna importancia. Si supiéramos que alguien se va a morir ¿sería mejor?
La muerte nos resulta dura porque es en contra de nuestra voluntad... algo que no podemos controlar. Todo lo que no podemos controlar, nos molesta.
La muerte no es dura para quien se va, sino para quien se queda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario