12 octubre 2008

... LA FELICIDAD AUSENTE

Si sales a la calle no saludes a la primera chica que te encuentres. Guarda el móvil en el bolsillo y sigue andando. Lo mejor es cuando te cruzas con alguien y sabes que te ha mirado. Lo peor es una puerta cerrada.

Saluda al portero, y háblale durante dos minutos. Otro día te será de ayuda. Recuerda que has olvidado coger el abono de transportes y ve andando a cualquier sitio.Entra en ese bar que viste el jueves pasado. Pide un café con leche y di que no te gusta. No vuelvas allí. Sigue recto y fíjate en como ha quedado el edificio que llevaba dos años en construcción. No finjas que te gusta y mantén la expresión.

Saluda al albañil que está atornillando un tubo de ventilación. Para cuando se pregunte si te conocía de algo tú no estarás allí y eso te convertirá en vencedor.

No fumes. No eres más interesante por hacerlo. Será bueno que preguntes a la señora que riega los geranios si alquila su piso. Te dirá que no pero no te lo diría si llevaras un maletín lleno de papeles rojos. Ahora eres Robert de Niro y todos los demás son los malos. Algún día el mundo oirá algo tuyo y para entonces tú ya estarás muerto. Hoy día solo muere la gente importante. No quiero decir que no seas importante pero tú de momento debes seguir empeñado en lo contrario.

Cada persona con que te cruces esta mañana va a ir dramatizando su particular historia de un punto a otro de la ciudad. Es como tu última chica. No te quiso o sí. Te llevó de un punto a otro. Y ahora eres como un gato que cogen del cuello y lo sitúan fuera. Ahí no haces daño por mucho que claves tus ojos fluorescentes en la espalda de un martes. Por eso lo mejor será correr a otro tejado. No era tu punto de partida, pero eso, amigo, es lo mejor de todo.

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