Me conoces desde hace años y no sabes nada de mí. Me conoces desde hace un mes y sabes bastante bien como pienso. Me conoces desde antes de ayer y sólo me hace falta mirarte para hablar contigo.
Creo en sensaciones. En la que tengo cuando me miro y veo tu energía en mis ojos. En la que tengo cuando me paro y noto tu dulzura en mi piel. En la que tengo cuando respiro y me invade tu intensidad.
Creo en tu sonrisa escorzada, en tu mirada chispeante, en la oscuridad alumbrada únicamente por tu presencia, en la envolvente de tu voz, en la necesidad que tengo de oír más y más de tus inquietudes... sueño, que por soñar nunca se pierde nada, que algún día podría ser tu firmamento, podría ser esa canción que sale de ti, podría ser el viento con el que vuelas.
Un terrón de sal, un rayo de sol, una fresa fría, una gota de agua que se desliza por mí, una brisilla que roza mi nuca... todo en un instante... y todo tú, mi sinestesia hecha realidad.
No es por ti, es por cómo me haces sentir. No es por ti, es por cómo me haces ver el mundo. No es por ti, es por cómo pasa el tiempo si rondas mi pensamiento. No es por ti, es por cómo aumentas mis ganas de vivir. No es por ti... es por mí misma.
Sé que en algún momento dejaré de ser un organismo sensitivo y volveré a mi anterior vida de artefacto generador de rutinas. Sé que en algún momento dejaré que la razón entre en mí y marchite todos mis sentimientos. Sé que perderé lo que ahora tengo en mí por consensos sociales que se creen axiomas irrefutables. Sé que sentiré rabia y desconsuelo... Pero por un día, por una vez... quiero soñar sin que nadie me diga cómo ni qué... por un minuto quiero ser sólo tú y yo y nadie más. Por un segundo quiero creer que hay un sitio mejor para mí cerca de ti.
La vida funciona así... te muestra lo que puedes llegar a tener, y por alguna razón nosotros le damos la espalda y nos quedamos con lo lógico. No quiero vivir lo que una sociedad a la que no le importo me marca... no quiero perder lo que tengo por volver a ser quien siempre he sido.
Intuyo que lo que yo quiera no es lo importante. Intuyo que la vida vendrá a recordarme donde estoy y quien soy... e intuyo que no me va agustar.
Prueba a probarme, te vas a reír, haré lo que nadie antes hizo por ti... y lo más triste es que no hace falta que te lo diga... porque dicen que venimos al mundo a sufrir.
La resignación es el futuro de los débiles.
Creo en sensaciones. En la que tengo cuando me miro y veo tu energía en mis ojos. En la que tengo cuando me paro y noto tu dulzura en mi piel. En la que tengo cuando respiro y me invade tu intensidad.
Creo en tu sonrisa escorzada, en tu mirada chispeante, en la oscuridad alumbrada únicamente por tu presencia, en la envolvente de tu voz, en la necesidad que tengo de oír más y más de tus inquietudes... sueño, que por soñar nunca se pierde nada, que algún día podría ser tu firmamento, podría ser esa canción que sale de ti, podría ser el viento con el que vuelas.
Un terrón de sal, un rayo de sol, una fresa fría, una gota de agua que se desliza por mí, una brisilla que roza mi nuca... todo en un instante... y todo tú, mi sinestesia hecha realidad.
No es por ti, es por cómo me haces sentir. No es por ti, es por cómo me haces ver el mundo. No es por ti, es por cómo pasa el tiempo si rondas mi pensamiento. No es por ti, es por cómo aumentas mis ganas de vivir. No es por ti... es por mí misma.
Sé que en algún momento dejaré de ser un organismo sensitivo y volveré a mi anterior vida de artefacto generador de rutinas. Sé que en algún momento dejaré que la razón entre en mí y marchite todos mis sentimientos. Sé que perderé lo que ahora tengo en mí por consensos sociales que se creen axiomas irrefutables. Sé que sentiré rabia y desconsuelo... Pero por un día, por una vez... quiero soñar sin que nadie me diga cómo ni qué... por un minuto quiero ser sólo tú y yo y nadie más. Por un segundo quiero creer que hay un sitio mejor para mí cerca de ti.
La vida funciona así... te muestra lo que puedes llegar a tener, y por alguna razón nosotros le damos la espalda y nos quedamos con lo lógico. No quiero vivir lo que una sociedad a la que no le importo me marca... no quiero perder lo que tengo por volver a ser quien siempre he sido.
Intuyo que lo que yo quiera no es lo importante. Intuyo que la vida vendrá a recordarme donde estoy y quien soy... e intuyo que no me va agustar.
Prueba a probarme, te vas a reír, haré lo que nadie antes hizo por ti... y lo más triste es que no hace falta que te lo diga... porque dicen que venimos al mundo a sufrir.
La resignación es el futuro de los débiles.
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