Me ha declarado la guerra. Desde que entro en la escuela hasta que salgo sus soldaditos acechan por los pasillos, en las clases, en el patio a la espera de un mensaje que trasmitirle. Es como un juego de espías. Todo lo que diga puede ser utilizado en mi contra. Cuando aparece el capitán te observa cuidadosamente analizando tu estado de ánimo y tus puntos débiles para atacarte. En un momento de descuido te suelta un te quiero. O, lo que es peor, una sonrisa. Esa sonrisa te paraliza y te hace entrar en un estado de sock temporal...son muy peligrosas sus sonrisas. Y su mirada te atraviesa. Capta toda tu atención sin desearlo, todos tus sentidos se excitan, el resto de la realidad desaparece. Unos días consigues ganar la batalla atacándole, otros te rindes a sus pies...¿conseguirá ganar esta guerra del amor?
09 mayo 2009
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