22 septiembre 2010

... MADEJA DE HILOS

Se me fue. Se me va. Se me irá. Cuando te conocí y, aún sabiendo tus circunstancias, las obvié como si ciertas situaciones no fuesen conmigo. Cuando verbalizo lo que siento y se me ocurre decir que sólo quiero que tú seas feliz, no importa ni como ni con quién, y mucho menos si ese quien soy yo o no, sólo me importa tu felicidad. Cuando te vuelva a llamar en condiciones no permitidas, aún sabiendo que no debiera hacerlo, cuando te diga lo que pienso sin callarme nada, aún sabiendo que ni a ti ni a mí esa situación nos beneficia.

Ese momento en el que no quieres nada, no tienes una intención... si no que simplemente te dejas llevar por lo que sientes. Y encima oigo palabras tuyas... que sólo puedo negar de lo ciertas que sé que son y de la certeza tan profunda que tengo de que, que sean verdaderas, no hará más que dolerme.

Nunca te haría elegir, porque yo sólo quiero que tú estés bien... y tengo la suerte de que, que suceda eso, no implica que yo tenga que estar mal. Sólo necesito escuchar tu voz de vez en cuando... escuchar que cada vez que me oyes es igual... aunque eso sea sólo una forma de negar que el tiempo pasa.

Palabras que salen de tu boca que me encantaría que me sonasen mucho más vacías de lo que me suenan, mucho más falsas. Pero me las creo todas. Aunque mientras hablas te lo niego y te digo que no son ciertas. Es lo único que sé decir para evitar sentirte más.

Un sentimiento que no es amor, que no es querer y que ni siquiera es pasión. Es tener la seguridad de que lo que viste un día sería el amor más puro que nunca has sentido... si no fuera porque no hay un presente. Es tener la convicción de que lo que sentiste desembocaría en el querer más lleno que nunca has imaginado... si no fuera porque no te han dejado tener más. Es tener la sensación de que lo que fue... no se merece que lo nombre si no es en tu presencia... porque sin ti se queda en palabrería barata.

Todo esto, todo tú, es no tener nada. Y ese nada se me antoja ahora lo más preciado que tengo. Porque sólo tu vacío me hace sentir viva. Porque sólo tus vibraciones me hacen flaquear. Porque todas mis respuestas son tuyas. Porque todo tú podrías ser yo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A qué llamas condiciones no permitidas? me parece muy interesante, un saludo

Subur dijo...

Condiciones no permitidas son todas aquellas situaciones en la que tu mente no actuaría si tuviera conciencia de lo que está haciendo. Condiciones no permitidas para ti, no para nadie más. Porque no debes reunir sólo el valor para hablar cuando no tienes miedo de las consecuencias... porque las consecuencias son parte de la conversación.