Porque lo que más vale del mundo no se compra con dinero. Porque sé que el mundo es un regalo al que estamos invitados. Porque me jugaré todo lo que tengo en un cupón de sentimientos, sólo porque sueño cuando estoy a tu lado. Porque soy lo que tengo y tengo más de lo que nunca podía haber pedido. Porque sé que me puedo permitir soñar y sonreír a la vez. Porque duermo con los ojos abiertos para poder buscarte en la noche y encontrarte en este sueño que vivo despierta. Porque daré ochenta vueltas al mundo si tú me miras a los ojos. Porque tu cuerpo es la fuente de mis anhelos. Porque eres el veneno que me mantiene con vida al acabárseme el aliento. Porque advertirte de que traigo desnudos el alma y el cuerpo, no hará más que conseguir una pirámide de tus abrazos. Porque los momentos a tu lado valen eternamente más que en tu ausencia.
Pero no sonreí al verte.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho...
Pero no sonreí al verte.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho...
1 comentario:
envidio tu prosa, porque es clara y concisa, va directa al asunto pero sin ser ruda...increíble
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