14 septiembre 2008

... LA VERDAD

Eso que a algunas personas tanto duele y que todas dicen apreciar. Sin embargo, conozco a poca gente que realmente sepa valorar o asumir una buena verdad. Es probable que con el tiempo apreciemos que nos lo hubiesen dicho, pero que nunca le digamos a esa persona que tenía razón. Suele ser mucho más fácil enfadarse ante una verdad y para justificar el enfado elaborar una mentina... que suele surgir de forma instintiva.

El mundo nos ha enseñado a mentir para sobrevivir. Pensadlo, los niños mienten instintivamente para que no les riñan o para conseguir algo. Mentimos para conseguir un fin... y con eso creemos que lo que decimos está justificado. Incluso hemos creado el término de mentirijilla piadosa.

Desengáñate. Mentir es mentir. Y es probable que mentir en un mundo que miente y vive engañado, pero vive feliz, sea la única forma de hacerse un hueco. Algunos se sienten mal cuando mienten, y entonces piensan en decir la verdad... razón por la que son rechazados mucho más.

Se hace complicado vivir en una sociedad tan cínica para las personas a las que nos han enseñado que el mundo se sustenta sobre otros valores como el amor, la verdad, el esfuerzo, la igualdad y la justicia. Y tristemente, hoy por hoy, el amor no es sincero y si lo es, es probable que el sentimiento se haya conseguido a base de apreciar aparentes virtudes que la otra persona te ha querido mostrar; la verdad es una mierda, por la que las personas discuten sin darse cuenta de que de no conocerla se evitarían muchos problemas... ¿es mejor ser un feliz engañado o un preocupado realista?

Y yo, desde mi experiencia, diría que viendo lo rápido que pasa la vida y lo acompañados que aparentamos estar... es mejor ser un feliz tonto.
Menuda mierda de vida.

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