Hay veces que todo se te viene encima. El tiempo pasa y no eres capaz de que tu vida avance. El día está nublado y la cabeza te duele. Y entonces aparece. Es esa gente que cuando la ves te tranquiliza. Y cuando miras sus ojos el día se para. El tiempo te deja hacer más cosas y de repente sonríes. Estás en casa... en esa casa en la que te sientes a gusto pero que no es material. Allí estás a salvo, y de allí no te quieres ir.
Cada persona que se convierte en un rayo de luz en tu día, es una parte de tu casa. Cuida a la gente a la que le dejas la llave de cada habitación, porque tú eres más tú cuando estás con ellos. Porque ellos son los que saben como eres en pijama, cansada, de mal humor... y sobre todo, ellos saben como eres cuando eres tú.
Cada persona que se convierte en un rayo de luz en tu día, es una parte de tu casa. Cuida a la gente a la que le dejas la llave de cada habitación, porque tú eres más tú cuando estás con ellos. Porque ellos son los que saben como eres en pijama, cansada, de mal humor... y sobre todo, ellos saben como eres cuando eres tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario