02 enero 2011

...EL PRÍNCIPE ENCANTADO

Alguien te toca. Alguien te enamora con cada palabra. Te encandila con cada mirada. Te eclipsa con cada dibujo y te mata con cada duda. Todo comienza y todo tiene un final. Por mucho que disfrutes segundo a segundo cada momento a su lado. Por mucho que los momentos hayan parecido meses y los meses pudieran haber parecido años.

Seguramente fuera culpa mía... entrar en un juego que no tenía final. Un juego en el que las balanzas se descompensan en turnos aparentemente no estudiados. Culpa mía por ser tan inoportuna, y no asumir que lo era... aunque lo intentara.

Pero, así como los cuentos son cíclicos, y los finales idénticos, el intervalo entre ellos también lo es. O puede que seamos nosotros quienes los hacemos idénticos... porque es esa la única realidad que sabemos vivir, es esa la realidad que ya sabemos cómo funciona.

Pasan los años mientras piensas que si pones de tu parte las situaciones salen adelante. Pasan los meses percatándote de que por mucho que tú hagas, los sueños deben ser compartidos. Pasan los días para darte cuenta de que ya no es momento de creer en amagos encantados que no son más que una irregularidad dentro de una línea perfecta.

Hay quien dice que vivo esperando un príncipe azul, una persona que me sorprenda y me encandile. Creo que hace tiempo asumí que cada uno cree en quien quiere creer. Asumí que no se puede vivir en el pasado y que es mejor vivir sabiendo que hay personas que no van a volver. Asumí que te puedes volver a ilusionar, pero que no lo puedes hacer sola.

Me sorprendió comprobar una vez más que, aún a 1000 kilómetros de distancia, sabes cuando no estoy de humor para saber de ti. También me sorprendió que eso no te impidiera volver a hablar conmigo... no teniendo yo ningunas ganas de contarte nada.

Porque cuando las personas se desgastan, no importa que les hables de ensoñaciones, ni de ilusiones, ni de conjuntos capicúa, ni números empáticos. No otra vez. Porque te veo venir de lejos... y prefiero poner agua de por medio... porque prefiero no tener que ver y oír palabras de capítulos pasados.

Yo no necesitaba que cabalgases sobre un corcel y vinieses en mi busca. No necesitaba que matases dragones y me trajeses su cabeza. Ni siquiera necesitaba que mostrases tu ejército en mi reino para impresionar a la multitud...

Yo sólo necesitaba que te durmieses pensando en mí y te levantases igual. Pero con tantas cosas que pensar sobre ti mismo... entiendo que no te quedase tiempo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

deshazte ya de ese disfraz que llevas con aires altivos, de esa anciana resabiada y cansada de una vida que aun no ha vivido y contaminate de la gente y las cosas que te rodean.

Subur dijo...

Y ver lo que pueden llegar a alejarse dos puntos de vista que hasta ayer iban de la mano... quizás antes de hablar tanto sobre mí deberías haber conocido la gente y las cosas que me rodean... que por cierto, me apasionan :)

Anónimo dijo...

te apasionan por un instante y luego las dejas pasar sin más, nunca llegas a profundizar, creo que por culpa de esa coraza que te aleja del mundo real.

Subur dijo...

Cualquiera diría que crees que me conoces...