05 junio 2009

... OLER EL RUIDO

Estás aquí, justo en el punto de inflexión, donde todo acaba y no se sabe si algo empieza. Estás aquí, sin estar muy segura de a dónde debes mirar, de hacia dónde debes dar el primer paso... ni siquiera estás segura de que dar el primer paso sea algo importante... ni siquiera estás segura de que si simplemente te dejases llevar a la deriba no fueses a llegar a buen puerto.

Te has dado cuenta, de que de tanto mirar hacia atrás, el horizonte está tan lejano que ya no puedes ver nada; de que de tanto mirar al cielo para rezar, las nubes han tapado el sol; de que de tanto humedecer tus mejillas con las lágrimas que se te escapaban, te has secado; y que de tanto oler el ruido del viento que pasa a tu alrededor, te has quedado sin olfato.

Hoy estás aquí, dándote cuenta de que no puedes volver atrás, porque el pasado huyó de ti hace demasiado, y empezando a ser consciente que la inmensidad hacia la que tantas veces has cerrado los ojos, ahora te acaricia la nariz.

Decide ahora, porque no tienes otro tiempo para hacerlo. Decide no decidir nada, porque nada hay que te obligue a hacerlo. Refúgiate en ti mientras puedas, porque tú eres la única que alguna vez te tuviste algún aprecio. Deja de mirar hacia esa lámpara desenchufada, porque no tendrás la suerte de que te ilumine.

Aprende a hacer las cosas bien sola, porque sola es como te tienes que convencer de que tienes que estar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Solos estamos en efecto. Solo somos y somos solos.
Solos o acompañados. Nunca se sabe si el resquicio más íntimo de tu ser, ese en el que crees estar solo, resulta que lo tienen tantos seres, que ya ni se dan cuenta de que suman un pelotón de solos.

Y es que el mucho a veces es suma de todos, pero otras veces la suma de unos es un ramillete inconexo. Comunidad de solitarios ¿no es paradójico? Pues eso es el ser humano, un conjunto de ... individuos (dicho así no suena tan raro ¿no?) ... Estamos tan acostumbrados a frases hechas que no percatamos los significados de las palabras. Comunidad de individuos es una suma de solos.
La suma de solos.

Y es que estamos solos porque en eso consiste la autoconciencia, en ser capaces de discernir tu existencia de la del resto. Ahí surge nuestra bendita maldición, la definición básica de persona.

Yo no sé si he perdido el olfato o si nunca lo llegué a tener. Ni huelo el ruido, ni oigo el gusto, porque cuanto más pienso quién soy, más me alejo de la respuesta. Y es que tal vez en eso resida el misterio de la vida, en la contrariedad, en la paradoja. Si quieres alcanzar el arco iris no puedes, siempre se va. Si quieres saber de dónde vienes o a dónde irás, cuanto más lo indagues, más te alejarás. Pero si no pudiésemos preguntar, no seríamos humanos. Preguntémonos pues, y estemos orgullosos de no encontrar respuesta. Sintámonos orgullosos de que las respuestas nos teman y no las temamos a ellas... en el fondo, la respuesta es la propia pregunta.