30 septiembre 2009

... LA BASE

Todo vuelve. Todos volvemos. Es bueno saber que tarde o temprano, de vez en cuando, cada cuando una vez, volvemos a ser quienes éramos.

Una buena amiga me dijo, entre papeles y líneas rotas, que hay gente buena y mala. Que puedes hacer cosas mejor o peor, pero que la base siempre está ahí. Hay buenas personas que pueden meter mucho la pata y hay mala gente que puede aparentar tener un gran corazón. Tarde o temprano, todos se muestran tal y como son. Todos se encuentran con el tipo de persona que no pueden evitar ser. Supongo que todos tenemos que aprender a perdonar a las personas que cometieron errores, aunque sólo sea porque en algún momento ellos nos los tendrán que perdonar a nosotros.


Detente, mira a tu alrededor. ¿Eres capaz de reconocer todo lo que ha cambiado? No importa desde cuando. Puede ser ayer, la semana pasada, hace un mes o un año. Puede ser desde que dejaste de ser pequeña o desde que perdiste la inocencia. Soy de las que piensan que los cambios son buenos. Nunca demasiados, nunca innecesarios, nunca erróneos, pero siempre presentes. Puedes quererlos reconocer o no, puedes hacerles un hueco a tu lado en el sofá o dejarlos durmiendo en la caseta del perro... pero aunque tú les des la espalda, ellos no te la darán a ti.

Enfréntate a ellos. Asúmelos. Nada puede ser tan malo que no te haga crecer como persona. Nada puede haber que, enfocándolo adecuadamente, no te permita sonreír a carcajadas.
A cada paso que das, marcas un nuevo camino. A cada caricia, un nuevo sentimiento. A cada latido, una nueva oportunidad de vivir. ¿Sería inteligente ir hacia adelante haciendo daño a los demás y a ti mismo? Si has cometido un error, pide perdón. Si has mentido, di la verdad. Si alguien necesita hablar, escúchale. Porque todos nos merecemos ser buenas personas, aunque no seamos perros de raza.

27 septiembre 2009

... GRACIAS

En realidad nadie está solo. Todos nos rodeamos de gente, de trabajo, de ciudades, de cosas, de momentos. Todos elegimos personas para ir colocando en nuestra vida. Elegimos situaciones que guardarnos entre nuestras sábanas. Elegimos llorar de tristeza o llorar de alegría. Elegimos llamar o esperar una llamada que nunca llega. Elegimos vivir en el pasado o hacernos recordar. Elegimos saber quienes somos o perdernos entre las manipulaciones de la gente.

Puedes elegir hundirte, y puede que tiren tanto de ti que sólo puedas levantarte y reír. Puedes elegir quedarte sola, y puede que te den tantos mimos que sólo puedas recibirlos y dar las gracias. Puedes elegir no llamar nunca, y puede que te llamen tanto que sólo puedas salir y pasártelo bien. Puede que tú creas que no es tu tiempo, y puede que los que están a tu alrededor se empeñen tanto en que eso no es cierto que sólo puedas pisar la calle para estar agradecida.

Sé que no lo haces por mí. Sé que sólo lo haces por ti. Sé que por querer tu felicidad, has conseguido la mía. Sé que eres de los que las palabras no le sirven como demostración. Sé que puedo decirte lo muy agradecida que te estoy, y creerás que no te lo digo en serio. Sé que crees que sólo eres tú, pero mis ojos también piensan por ti. Sé que crees que no lo hago, pero se me va la mirada recordando tu sonrisa. Sé que crees que no quiero lo tengo, pero simplemente no sé cómo dar gracias de todo lo que me pasa. Sé que crees... pero no es cierto.

26 septiembre 2009

... EL POR QUÉ

Porque lo que más vale del mundo no se compra con dinero. Porque sé que el mundo es un regalo al que estamos invitados. Porque me jugaré todo lo que tengo en un cupón de sentimientos, sólo porque sueño cuando estoy a tu lado. Porque soy lo que tengo y tengo más de lo que nunca podía haber pedido. Porque sé que me puedo permitir soñar y sonreír a la vez. Porque duermo con los ojos abiertos para poder buscarte en la noche y encontrarte en este sueño que vivo despierta. Porque daré ochenta vueltas al mundo si tú me miras a los ojos. Porque tu cuerpo es la fuente de mis anhelos. Porque eres el veneno que me mantiene con vida al acabárseme el aliento. Porque advertirte de que traigo desnudos el alma y el cuerpo, no hará más que conseguir una pirámide de tus abrazos. Porque los momentos a tu lado valen eternamente más que en tu ausencia.

Pero no sonreí al verte.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho...

19 septiembre 2009

... QUIEN ME ENTIENDA, QUE ME COMPRE

No te entiendes ni tú. Ni tú, ni tu mejor amiga, ni tus padres, ni tu perro. En realidad ellos creen que sí, pero tú no te has dignado nunca a decirles todas las tonterías que puedes llegar a pensar al día. Te ves sola, con el sol acariciando el vello de tus brazos y sola, con el viento susurrándote al oído y sola, con el murmullo arañando tu cuerpo y sola, con el futuro tocando en tu puerta y sola.

Te gustaría dejar de soñar, que tus noches no fuesen más que un cerrar y abrir de ojos. Te gustaría dejar de pensar, que tus días no fuesen más que un salir y entrar de casa. Te gustaría dejar de sentir, que tus agonías no fuesen más que el respirar y expirar de tu aliento.

Quieres huir a un lugar que siempre has anhelado que existiera y al que no estás muy segura que nunca puedas llegar. Quieres huir a una pequeña cueva donde lo que pienses, digas o sientas no importe y así, casi ni exista. Quieres irte sin moverte de tu sitio. Quieres morir sin dejar de respirar. Quieres volverte invisible sin necesidad de una pócima. Quieres quedarte quieta y que cuando te vuelvas a mover nada haya existido. Quieres olvidar y olvidarte de ti misma por un instante, un minuto, una hora, un día. Quieres gritar y gritarte, por ver si así vuelves a reaccionar. Quieres llorarte. Quieres odiarte. Quieres mentirte. Quieres engañarte. Quieres serte infiel. Quieres hacerte todo lo que otros te han hecho antes, y a lo mejor entonces empiezas a pensar en ti sin que nadie más te importe. Quieres despertar de esta eternidad, pero ni siquiera sabes cuando te quedaste tan perdida como para olvidar el sentir del tiempo.

13 septiembre 2009

... TU MOMENTO

Puede que hayas encontrado al amor de tu vida en la esquina oscura de algún bar, o en el pasillo interminable de un concurrido museo, o en el césped lejano de algún conocido parque, o en la cancha vacía de una vieja instalación de baloncesto, o en el irreconocible parquímetro de la vértebra automovilística de una gran capital.

Puede que lo hayas compartido todo con él, o que nunca te hayas atrevido a mediarle palabra, o que tras tus sonrisas tu deseo de besarlo siempre cayese en el mundo de los sueños irrealizables, o que tú misma te encargases de alejarlo para evitar poder volver a amar.

Puede que estés helada de saber que no quieres volver a sentir, de reconocer que enternecerte y arriesgarte a que otro combate te hiera, no es tu baza a jugar. Puede que prefieras no volver a recordar lo que es sentirse en fusión con una persona, por riesgo de que la combinación te estallase otra vez en las manos. Puede que aunque un día sepas la dirección de tu otra mitad, simplemente no te atrevas a dirigirte hacia él. Puede que necesites que sea él quien te asegure que todo saldrá bien. Puede que sientas que ya vale de ser tú la que siempre cree en situaciones imposibles. Puede que creas sólo en el amor que no llega a materializarse, en ese que no se toca y por no hacerlo parece que duele menos, en ese que ilumina tu mirada pero no paraliza tu corazón, en ese que te roba una sonrisa pero no te hace sentir como en casa.

Puede que hayas perdido la fe en la fortuna, el riesgo y el destino. Puede que pienses que el amor no es más que un rumor del que se oye hablar y que sólo algunos pocos son los que tienen la dicha de sentirse acariciados por sus sensaciones. Puede que no estés segura de qué se supone que hay que buscar si los sentimientos ya no son puros, ni honestos, ni perpetuos.

Puede que sólo sepas que este no es tu momento... o que simplemente tu momento ya hace tiempo que pasó.

10 septiembre 2009

... PLASMA CENTRÍFUGO

Te rodea un enorme espacio, aire grisáceo con partículas de diferentes tamaños, aire en el que puedes extender tus brazos y notar las ondas del sonido de las obras. Notas el sol tatuando el polvo en tu cuerpo, notas los labios alicaídos perpetuándose en los rostros de la muchedumbre, notas el ritmo prolongándose en el espacio... y todo ese espacio se vuelve plasma, una burbuja amorfa en la que tu mismo cuerpo se licúa y pierde sus límites.

Tu mente ya no reconoce su entorno, porque hace tiempo que el cambio comenzó a acelerarse tanto que no se recuerda sistema de referencia al que volver. Para qué andar descalza sin rumbo, pudiendo alzar las velas del mundo. Para qué rebajar la condena si así sólo te ahogan las penas. Para qué echar perfume que encubra tu vida si así sólo consigues que te escueza la herida. Para qué continuar viviendo deprisa buscando la suerte en el polvillo que pisas. Para qué fusilar el olvido si así te vuelves a poner a tiro. Para qué una tregua de abrazos si así sólo consigues matarte a balazos de soledad. Para qué emborracharte de olvido si te puedes beber lo vivido. Para qué deformar lo que eres si tu mente se expande sin trenes.

Para qué, para nada te sirve una vida varada.

... CONSTELACIONES

Todos nos sentimos solos. Todos pensamos en que nuestro sino será el anclarnos a quien nos sepa llevar a buen puerto los días de tormenta. Todos deseamos encontrar esa boya que no se hunda ni en las peores tempestades. Porque todos hemos sentido cómo nos hundimos; cómo al alzar nuestra mano, ésta sólo se encuentra con la helada brisa nocturna; cómo al mirar al horizonte, simplemente las estrellas ya no están; cómo al arrimarnos a una estufa amiga, el carbón ya no hace por avivar el fuego.

Vuelves. Te reencuentras. Esperas una mano cálida que te anime junto con una sonrisa. Esperas brillo en los ojos que antes te deslumbraban al mirarlos. Esperas un regazo en el que poder sentarte y sentirte como en casa. Esperas tanto, que te olvidas de que también hay quien se espera gestos de ti. Y cuando has posado los pies sobre el asfalto, cuando has sentido el fuego del desarrollo gris, cuando te has derretido frente a las corrientes de contaminación... ves la luz de la estrella polar en el cielo, sientes la frescura de las fresas entre tus labios y notas el hilillo de agua que recorre tu vientre desde el hielo posado en tu ombligo.

Porque la frescura que tú buscas no está en un lugar, sino en las diferentes constelaciones con las que cada día te relacionas. Porque son las estrellas que te rodean las encargadas de proyectar la luz con la que tú brillarás esta noche. Porque vives de su energía igual que ellas se alimentan de ti. Porque en tu galaxia, puede que seas la que menos brillas por ti misma, pero es la luz de todos los que te rodean la que te hace ser más intensa.

Aunque ya no te esperes nada de nadie, sorprendentemente, sigue habiendo personas que te hacen olvidar que las nubes en madrid siempre tapan las estrellas.

09 septiembre 2009

... SOMBRAS VERDES

Personas en la sombra; gente que te sigue con distancia y prudencia; entes que te hablan y te recuerdan que por mucho que te empeñes en pensar que estás sola, estás rodeada de gente que te envía calor. Al final te ves como un gran menir alrededor del cual la maleza se hace más frondosa, vegetación que aumenta tu grado de humedad y de sombra.

Miguitas de pan que has ido dejando sin pensar en que quizás alguien al recogerlas pudiese llegar a ti. Semillas que se te han caído más sin querer que queriendo, pero que han fructiferado con el tiempo. Cuando creías que tu huerto estaba muerto, cuando pensabas que no había tierra más inerte, te tropiezas con una pequeña planta.

Plantas que floreden y llenan tu jardín de colorido. Porque sólo los verdes tallos no nos sirven para más que para esperar a ver qué te dan, o para admirarlos. Verde es el tiempo que me he pasado en un mundo paralelo anhelando lo que en realidad nunca volveré a desear. Verde son las horas que a tu lado pasaba y se me antojaban en un espejismo de perfección. Verde es la infancia que me pasé pidiéndole al cielo que llegases a mi vida. Verde era yo mientras creía que no podía ser de otro color que no fuera el que tú me dabas.

Morado, magenta, naranja, azul, amarillo... todo es lo que puedo ser desde que me di cuenta que tu tinte era sintético y el mundo es pura naturalidad.

Y aunque la esperanza se vuelva melancolía, esta entrada se la dedico a Carmen Marín, que es una de las ramitas que se empeñó en crecer en mi inerte huerto y floreció.